lunes, 6 de diciembre de 2010

Bingo Baskonia

Hoy hemos pasado el día en Vitoria. Me apetecía regresar a la ciudad que me ve con el buzo de currela durante la semana, pero esta vez, de turista, para disfrutar de su buen saber hacer en esto de venderse. Porque resulta muy agradable disfrutar del ambiente navideño que se respira ya, comenzando por sus mercados, o por el Belén de figuras inmensas que adornan y acompañan el visitante en el Paseo de la Florida.

Para comer, nos hemos inclinado por el Bingo Baskonia, situado en la Avenida de Gasteiz, cerquita del Palacio Europa. Es un lugar peculiar, puesto que como su nombre indica, se trata de un bingo, pero al mediodía sirven comidas, y muy bien por cierto. Yo lo conocía porque en alguna ocasión había degustado su menú del día tras alguna que otra reunión, pero hoy, al ser festivo, ofrecían un menú especial al precio de 19 euros, iva incluido.

El menú era impresionante, y siento no recordar los nombres exactos de todos los platos para que se os haga la boca agua. Simplemente comentar que consistía en tres primeros platos, sirviéndose todos. En el menú se decía que era "de picoteo", pero la verdad es que son raciones generosas. De segundo se servía presa ibérica, chuleta o bacalao, a elegir. Nosotros hemos optado por la presa ibérica, servida con mermelada de higo y pastel de patata con reducción de Pedro Ximénez, y chuleta de ganado con piperrada. Y de postre, hemos optado por el mousse crujiente de chocolate y la tulipa con crema de mango. Delicioso.

Hay que añadir el excelente servicio y las características de local, amplio, sin humos de tabaco, al menos perceptible, y muy bien ventilado. Sin duda, excelente elección.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Bar Kike - U2 en Castro Urdiales

Ahora que ya está cociendo la polémica con esto de la nueva Ley Anti-Tabaco, y el clamor apocalíptico de muchos hosteleros que ven peligrar su negocio si el mismo no se ve teñido del aroma y color que deja la nicotina, queremos demostrar que "otra realidad es posible", de la mano del Bar Kike - U2.

El Bar Kike - U2 está en Castro Urdiales, y probablemente sea uno de los bares de pintxos y tapeo más conocido del entorno. No es un bar demasiado grande, pero su barra de pintxos es espectacular. Tampoco da más juego. Que yo sepa, no sirve desayunos, ni meriendas, no da pie a echar la partida porque no se prodiga en mesas... Tan sólo su barra alargada plagada de exquisitas viandas, y un buen surtido de bebidas espirituosas (o no), para regar el gaznate mientras se regocijan nuestras papilas gustativas con esos sabrosos pintxos.

Este bar está siempre de bote en bote. Incluso en días desapacibles como el de hoy, los que no cabían se arremolinaban junto al barril que adorna su entrada para seguir disfrutando de su gastronomía en miniatura.

En el Bar Kike - U2 está prohibido fumar. Yo no veo que haya repercutido negativamente en su caja. Es más, nosotros ahora vamos mucho más, en detrimento de otros donde sí está permitido el tabaco, puesto que con la peque buscamos un ambiente mucho más sano.

Y no es el único bar del pueblo donde está prohibido tan respetable hábito. Lo cual es de agradecer, sobre todo para los que tenemos otros. Hábitos, me refiero.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Canales 2.0

Hoy se ha celebrado el II Encuentro de Bloggers de Getxo, en el Conservatorio de Las Arenas (Getxo). Como colofón de la primera tarde del encuentro, Fernando Canales nos ha deleitado con una de sus creaciones, y, además, con una a mi juicio excelente charla sobre las especias objeto de la creatividad.


La creación consistía en una especie de yema de huevo frito pero de azafrán, cardamomo y vainilla. Por lo visto, aplicándoles un tratamiento conocido desde hace más de un siglo, pero patentado ahora por Adríá (en fin), la creación se convertía en esa especie de huevo, que al entrar en la boca explotaba en un marasmo de sabores. La experiencia me ha parecido curiosa, innovadora, sugerente, y digna de ser repetida. Y no sólo por el placer de las papilas gustativas, sino por todos los prolegómenos, la explicación a cargo de su cocinero, el compartir el descubrimiento con el resto de asistentes al encuentro.

Un encuentro IMPRESIONANTE.

miércoles, 20 de octubre de 2010

El txoko de la integración

El pasado domingo disfrutamos de una agradable comida en el txoko de la integración, un espacio que la organización Goiztiri pone a disposición del gran público para poder degustar comida marroquí o de otros países, preparada por personas autóctonas. Entiendo que es una ocasión excelente para conocer otras culturas de la mano de la gastronomía, buen canal de comunicación en un país como el nuestro, de buen comer y mejor beber.

Sin embargo, y como nos explicó el coordinador al recibirnos en el local, lo cierto es que son pocos los que se atreven a acercarse, no yendo más allá de conocidos o de personas que, como yo, están de alguna manera implicadas con el mundo de la inmigración. Ciertamente es una lástima, porque además de ser una iniciativa muy interesante, no deja de ser un local acogedor para disfrutar de un buen rato con amigos o familia, lejos del bullicio de bares o restaurantes, y además ideal para ir con niños.

Esperamos que la referencia en este blog pueda servir de acicate para que más de uno se atreva a degustar el cuscús, el tajín, o como se escriba, y sus dulces árabes acompañados de un delicioso té.

Ya nos contaréis.

domingo, 10 de octubre de 2010

Café Boulevard

Hoy vamos a hablar de un café que constituye un referente en Bilbao, y cuyo anuncio de cierre (por suerte finalmente frustrado), nos sentó a algunos como un auténtico mazazo, y un robo de numerosos gratos momentos de nuestra "primera" juventud. Nos referimos al Café Boulevard.

Estuvimos el otro día con ocasión de una comida familiar, así que degustamos su menú de fin de semana, que no llega a 20 euros por persona, con el IVA incluido.

El local mantiene su halo de nostalgia y tertulia con buen café que tanta fama le dio, y para las comidas dispone de un comedor para fumadores y otro para no fumadores. Nos inclinamos por este último, y aquí encontramos la primera pega, ya que hay un sinfín de escaleras, lo que mi abuela, ya octogenaria, padeció en extremo. Y nosotros padres primerizos y con bebé a cuestas, pues también, que la peque pesa lo suyo, y la sillita, otro tanto.

El comedor para no fumadores es pequeño, se nota que todavía este clan no ha calado hondo en el sector hostelero, y temen que sus cajas registradoras se resientan si dan más cancha al mundo sin humo. A todos ellos, les recomiendo una visita al bar de pintxos U2, en Castro Urdiales: llenazo todos los días con excelente barra... y sin un cigarrito. Ahí queda.

Continuando con el comedor, no tenía ni una ventana abierta, así que hacía bastante calor. Al final nos terminamos acostumbrando, pero bueno, no resultaba muy cómodo.

En cuanto al menú, estuvo bien, personalmente me esperaba algo más elaborado, y un mejor servicio (el vino nos lo sirvieron casi al vuelo, y nos regaron los platitos del pan y el mantel), pero en términos generales, no estuvo mal. Degustamos de primero un hojaldre relleno de txangurro, un surtido de ibéricos, y una especie de revuelto de hongos y foie. En cuanto a los segundos, unos se inclinaron por el magret de pato, otros por la ternera, y otros como yo por la lubina. El postre ganó por goleada, casi todos a por el brownie, que a mí no me gustó demasiado, los he probado mejores (aún me acuerdo del que probé en un restaurante en Madrid, cerca del Bernabéu, lástima que fuera más joven y sin blog para anotarlo...).

Al salir, una última sorpresa, cual es la coctelería fashion que descubrimos en la búsqueda de un cuarto de baño (que tiene varios). Merece la pena siquiera bajar para echar un ojo.

En resumen, un local que mantiene la tradición que le dio fama. Aunque para tomar un menú del día prefiero muchos otros restaurantes del Botxo.

domingo, 29 de agosto de 2010

Monasterio de Valvanera

El monasterio de Valvanera es toda una institución en La Rioja por muchos motivos: En él se encuentra la patrona de la comunidad, se ubica en un entorno espectacular rodeado de montañas, bosques y ríos, y hasta no hace muchos años en la hospedería se comía de maravilla.

Hace pocos días estuve allí con mi familia y comprobé que seguía siendo el mismo sitio hermoso lleno de visitantes que había visitado en otras ocasiones.

Aunque algunas veces tras visitar el monasterio nos íbamos a comer a los merenderos de la zona cuando aún se podía hacer fuego (hace años que no se puede), normalmente comíamos en la hospedería del monasterio.

La hospedería, no teniendo una carta variada, tenía varios platos exquisitos que hacían más que merecido en viaje hasta allí. Sin embargo, de unos años a esta parte se ha convertido en un simple bar de menú del día con muy poca variedad y un precio excesivo para lo que te dan (por ejemplo de postre: helado de tarrina, no hay tartas y casi nada es casero).

Por tanto, si no lo conoces la visita al monasterio es altamente recomendable por lo que representa, pero la comida, si os gusta comer bien, mejor hacerla en alguno de los pueblos cercanos donde te dan más y mejor por menos.

sábado, 21 de agosto de 2010

Tentaciones

Desde que conozco a mi marido llevo visitando Ezcaray, agradable descubrimiento especialmente para el estómago. Supongo que más que uno conocerá su variedad de pintxos, y restaurantes para bien comer tras una dura jornada montañera, esquiadora, cazadora, o simplemente, holgazaneadora (que también cansa lo suyo...).

Sin embargo, una de las cosas que faltaban era una pastelería de referencia, que siempre es de buen gusto terminar una comida espectacular con un dulce pastel, que anima las sobremesas.

El pasado año si no me equivoco, abrieron la pastelería Tentaciones, junto al Club de la Tercera Edad. Es una pastelería pequeña, que elabora directamente todos sus productos. Tal vez por ello no se prodiga en cantidades, y hay que madrugar o encargar para poder pillar lo mejor del sitio. Que por cierto es difícil identificar, ya que todo está buenísimo.

Nosotros nos iniciamos con la trenza de frutas y hojaldre, que otros se han apresurado en copiar. Pero tampoco hay que perderse la pantxineta. O los pastelitos de bizcocho y almendra. O sus pastas de té.

Nos quedan por probar sus naranjas confitadas con chocolate, y las piedras del Oja, dulce registrado como marca que se suma a los muchos que pueblan el mapa gastronómico de La Rioja. Pero mejor los probamos un poco más tarde, cuando la peque nos deje hacer más ejercicio, que si no vamos a echar una panza poco recomendable :-).

viernes, 30 de julio de 2010

Regma

Conocí los helados de Regma hace ya unos añitos, en un curso de verano en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander. Tuvo que ser una buena amiga de Madrid la que nos inició en este vicio excelso y desconocido hasta entonces, pues hasta ahora sólo he encontrado estas heladerías en Cantabria.

Aunque la carta de helados no es muy extensa, y no se renueva año a año con esos sabores tan estrambóticos del pelo de "helado de anchoas rebozadas" (que lo hay. En Bilbao sin ir más lejos...), lo cierto es que siempre repito, y mucha más gente, pues las colas son interminables.

Son varios los puntos positivos que invitan a degustar uno o más de sus helados:

- En primer lugar, la calidad del helado, cremoso y de intenso sabor. Sin encontrar esos molestos pedacitos de hielo. El barquillo del cucurucho, si se opta por este envase, es de buena calidad, crujiente y tostado. Los hay naturales y de chocolate.

- En segundo lugar, la cantidad. No son pocas las personas que han tenido que frenar a los empleados en su afán de llenar el cucurucho con más y más helado. Bolas tremendas que desafían las leyes de la gravedad circulan por los paseos cántabros, mientras los propietarios de tales helados trabajan a destajo con su lengua para evitar el goteo del helado derretido. Sin duda, un espectáculo.

- Y finalmente, el precio. Ya que por dos euros puedes tomar un helado más que generoso, con dos sabores, y quedar más que satisfecho.

En resumen, no os perdáis este helado si os acercáis por Cantabria. En Castro Urdiales ya tenéis una heladería, bien cerquita.

jueves, 29 de julio de 2010

Buena gastronomía en Tossa de Mar

Hace unos días hemos disfrutado de la primera experiencia vacacional con Leire, en Tossa de Mar. Ha sido algo fantástico, la peque se lo ha pasado en grande, y nosotros, lógicamente, también. Además, hemos podido aprovechar sus ratitos de siesta para disfrutar tranquilamente de la gastronomía de Tossa. Vale que nos hubiera encantando un ratín de intimidad en esos restaurantes tan agradables que jalonaban las calles de la Vila Vella, pero de momento nos damos con un canto en los dientes por haber podido comer "en paz".

Lo que nos gustaría destacar en primer lugar es la calidad de todos los establecimientos que visitamos para comer (siempre menú del día), tanto en servicio y atención como en productos y platos, así como en el precio. Porque hoy es difícil encontrar locales que se atrevan a servir platos típicos a buen precio, y encima de calidad.

Me voy a quedar con una serie de locales que nos han gustado especialmente:

-Braseria Can Pini.
-Restaurante del Hotel Bahía.
-Restaurante Pini.
-Restaurante Miramar.

La brasería Can Pini y el Restaurante Pini son , como cabe imaginar, del mismo grupo, y por tanto la calidad es idéntica, adaptada eso sí a la característica del local. Ya que la brasería es más "a pie de calle", mientras que el restaurante tiene otro toque, más elegante, a los pies de la Vila Vella. Pero cualquiera de las dos son excelentes opciones para degustar la comida de la zona. Nos sorprendió gratamente el plato de chipirones, que por el País Vasco tal y como lo sirven lo asociamos más con los chopitos de toda la vida, y en general cualquiera de los pescados, asados con gusto y con acompañamiento idóneo de verduritas. Por cierto que en la Brasería probamos la brocheta de pato con frutas, muy original.

En el Restaurante Miramar probamos Cim i Tomba, contundente plato típico de Tossa de Mar, consistente en un guiso de patata, cebolla y pimiento aderezado generosamente con ajo, que acompaña a dos buenas raciones de merluza y rape gratinadas con una especie de salsa al ajo, deliciosa. Eso sí, contundente para tomarlo a pleno sol, calienta que da gusto. Pero qué bueno está :-). Después comprobamos que el pescado puede variar, aunque supongo que estaría igual de bueno. A destacar la amabilidad del personal, muy majetes.

En el Restaurante del Hotel Bahía nos inclinamos también por el menú del día. Parece que no le hizo mucha gracia a la responsable del restaurante. Y digo yo, pues entonces no pongas menú, dejas la carta y punto. En fin, por suerte el resto del personal fue encantador. En cuanto a la comida, sin discusión, muy buena. Aunque para tener recomendación de la Guía Michelin, el resto de los locales comentados no le van a la zaga.

En suma, como podéis comprobar, nos hemos puesto las botas. Pero la ocasión lo merecía. Por cierto, que si queréis disfrutar de una agradable puesta de sol con vistas a la playa, os recomendamos un chiringuito en la Playa del Mar Menuda, con amplio surtido de granizados.

A disfrutar.

jueves, 17 de junio de 2010

Restaurante Aizian

Este martes 15 de junio lo tenía marcado a fuego en mi agenda. Era el día en que comenzaba la jornada continua en mi empresa y, como no podía ser de otra forma, mis compañeros de la unidad de Consultoría decidieron celebrarlo por todo lo alto, esto es, con una comida de hermandad donde nos reunimos todos, currantes y ex-currantes de la empresa.

En esta ocasión, el comité organizador se decidió por el restaurante Aizian, en el Hotel Meliá en Bilbao. Un restaurante al que mi marido y yo le teníamos ganas desde hacía tiempo, pero que por sus precios unas veces, por el embarazo otras, y ahora por la niña siempre, no nos cuadraba para ir. Así que la elección me venía al pelo.

Nos inclinamos por el menú ejecutivo I, y ahí empezó la fiesta.

El local es excelente, muy elegante, con una decoración sobria, sin música de fondo, por no oir, no se oye ni a los camareros cuando pasan, que parecen los maîtres del restaurante, tal es su profesionalidad y seriedad en la forma de servir.

Comenzó el menú con una ensalada con helado de tomate, muy original. Después, arroz cremoso con salsa de chipirones y ali-oli de parmesano. Como segundos, merluza a la plancha con patata rota, y magret de pato con manzana asada al aroma de jengibre y miel. Pero sin duda, y creo que hablo por todos los que estuvimos allí, la estrella fue el postre, una torrija caramelizada con helado de arroz con leche que, sencillamente, estaba ESPECTACULAR. Merece la pena sólo por este plato, porque deja un sabor exquisito que da pena que se pierda, snif snif.

Del vino nada puedo decir, la lactancia manda y me conformé con el agua. Y el pan, de chapata y calentito, superior.

El precio osciló en torno a los 40 euros por personas, con cafés. Yo tuve que salir antes para atender a la peque, pero creo que siguió la cosa con copas y demás.

En resumen, un restaurante interesante para visitar al menos una vez. Del menú lo dicho, me quedo con el postre; el resto de platos, todos exquisitos, bien presentados y deliciosos, pero no me resultaron originales o diferentes al tipo de platos que sirven en otros restaurantes. Así que considero que la relación calidad-precio es adecuada, no se pasan mucho respecto a la media, considerando los platos.

Personalmente me gustaría repetir, acompañada de mi marido, disfrutando con calma de su carta y compartiendo una conversación más íntima y familiar.

jueves, 27 de mayo de 2010

Hotel Las Rocas en Castro Urdiales

Desafiando el calor extremo, y conscientes de la alta probabilidad del despertar de Leire y por tanto, que la comida no siguiera el curso de antaño (lo que significa, hablando llanamente, poder comer tranquilos), nos aventuramos a probar el menú de fin de semana del Hotel Las Rocas. Ya nos quedamos con las ganas en su día, con ocasión de las tradicionales Jornadas Gastronómicas de Cantabria: Leire era aún más pequeña y el riesgo de debacle en el curso de la comida era mayor que ahora. Y por otro lado, amigos comunes nos habían hablado bastante bien del sitio, así que ahí fuimos.

El local no es demasiado grande para la categoría del hotel, al menos la sala en la que estuvimos, pero está muy bien iluminado y el espacio distribuido correctamente, con lo que al final es acogedor y cumple su función. El servicio es correcto y rápido, muy amables y atentos.

En cuanto al menú, comienza por un aperitivo de bienvenida, que es una especie de puding de pescado, suave al paladar y que entra muy bien. Personalmente me resulta muy agradable que el restaurante obsequie el comensal con estos aperitivos de bienvenida, porque el factor sorpresa y las delicias en pequeños bocados sientan muy bien y crean un sentimiento favorable a lo que vendrá después.

Agus tomó de primer plato un arroz caldoso con marisco, que tenía una curiosa salsa a la naranja. Yo me incliné por unas alcachofas naturales con jamón, exquisitas. Como segundo plato, ambos optamos por el sapito al horno con patatas panadera, del que destaco su presentación, ya que se sirve el pescado entero, con la boca abierta en sugerente presencia. El asado está en su punto y se come sin enterarse. Y lo digo con conocimiento de causa porque Leire ya estaba despierta y si hubiera estado como en otros sitios donde lo he comido, gelatinoso y duro, hubiera tenido que dejarlo tal cual en el plato.

A la hora de los postres, teníamos delante de nosotros el surtido de tartas disponibles, para elegirla in situ. Agus tomó tarta Sacher y yo tarta de manzana, que la preferí a la de Agus, ya que la crema pastelera estaba deliciosa.

El precio del menú resultó de 24, 50 euros cada uno más IVA. Como aspectos a mejorar, pues que en el precio no se incluye la bebida, y que el menú no cambia de un fin de semana a otro, con lo que al final puede terminar por cansar.

Pero como conclusión, un agradable descubrimiento.

domingo, 9 de mayo de 2010

Restaurante Urbano

Supongo que decir que estuvimos el sábado en Donosti y que comimos de cine, no representa ninguna sorpresa para los eventuales lectores de este post. Aún así, quisiéramos dejar constancia del grato descubrimiento que hicimos con el restaurante Urbano.

Se trata de uno de los restaurantes dirigidos con sabia mano por Patxi Aizpuru, ubicado en la parte vieja de Donosti, flanqueado por decenas de buenos locales para comer bien, y "pintxear" mejor (si no fuera por los precios...).

Nosotros nos inclinamos por el menú degustación: ensalada templada de chipirones con tomate confitado, pimiento verde asado y vinagreta de su tinta; arroz cremoso con foie y champiñones, lomo de merluza al horno con langostinos, crema de marisco y tostado de jamón serrano, taco de buey con patatas a la crema y reducción de vino tinto... y de postre, helado de queso fresco con sopa de frambuesa y bizcochito de azúcar moreno, y pastel templado de chocolate y nueces, con su sorbete de mandarina sobre coulis de fruta de la pasión. Total, 35 euros por barba con Iva incluido, y bebidas dentro del menú. Ah, y precedido de un aperitivo, que últimamente se está poniendo de moda y la verdad es que se agradece.

El servicio fue excelente, rápido y eficaz, y el local nos llamó la atención por su decoración moderna y por lo pequeño de la estancia, ya que esperábamos un sitio más grande. Pero así fue mejor, mucho más desenfadado, y a la vez íntimo y recogido. En resumen, un lugar óptimo para comer bien en Donosti sin desgraciarse el bolsillo en exceso.

miércoles, 31 de marzo de 2010

El Pan

Sí, hoy quiero hablar del pan, ese acompañante de nuestras veladas gastronómicas, tantas veces denostado y nunca suficientemente reconocido.

No voy a hablar de sus propiedades nutritivas, entre otras cosas porque las desconozco y porque no es objeto de este blog tratar este tipo de cuestiones (si así fuera, muchos de los platos degustados hasta ahora deberían ser borrados del mapa ....). Por el contrario, quiero poner al pan en su lugar.

Y es que no sé si os habéis dado cuenta, pero cuánto gana un menú del día cuando se acompaña de un pan de chapata, o un pan crujientito. O cuando el restaurante se estira y nos oferta panecillos pequeños de sésamo, integral, con pasas y nueces... Sin duda nos queda un mejor recuerdo del menú.

Por lo menos a nosotros no se nos olvida el gustillo agradable que nos deja este compañero.

martes, 30 de marzo de 2010

Casa Poli en Puertas de Vidiago

Hace unos años un médico santanderino nos recomendó una sidrería en Asturias de las de comer muy bien. Nos dijo que se llamaba Casa Poli, en el concejo de Llanes, y que destacaba por sus embutidos caseros.

Dado que siempre que hemos ido a Asturias hemos comido estupendamente, sentí una gran curiosidad por un lugar de allí que mereciera una mención especial sobre todos los demás. Y lo anoté en mi memoria esperando una no demasiado lejana oportunidad para ir.

Ese momento llegó cuando organizamos un viaje a Ribadesella, aprovechando la festividad del Día del Padre. Por fin conoceríamos la famosa sidrería de Llanes, que no la única, pues en la zona abundan y son todas de muy buena cocina.

Una búsqueda rápida en Google me indicó que Casa Poli estaba en Puertas de Vidiago a unos 8 kilómetros de Llanes, muy cerca de los famosos bufones de la zona (que también merecen una visita) y del ídolo de Peña Tú.

Al entrar en Casa Poli sorprende su fachada y decoración, rústica, de pueblo. Vamos, para ir abriendo el apetito. Mientras esperas turno de entrada, los camareros entran y salen cruzando su patio interior, portando suculentos platos: codillo, tortos, quesos...

Lo mejor de Casa Poli es ir allí y probarlo todo en persona, disfrutando de la mesa y si es posible, de la sobremesa. Nosotros probamos los embutidos caseros, ensalada de bogavante, picadillo, lomo asado con puré de manzana, y enormes tartas.

A destacar, la tarta de nuez, deliciosa. Y como punto negativo, la ensalada de bogavante, bañada en exceso en salsa rosa, con lo que no sabías si estabas comiendo bogavante, o txaka del super. Pero bueno, fue culpa nuestra, a un sitio así hay que ir directamente a los productos del cochino, y prescindir de ensaladas, escasas en la carta y más de relleno que de otra cosa.

lunes, 22 de marzo de 2010

Hotel Villa Rosario

Como no podía ser menos, el primer Día del Padre había que celebrarlo con un viajecito. No muy lejos, eso sí, que la peque aún es muy peque, así que nos decidimos por Ribadesella, cercano, conocido, agradable... Y por el hotel Villa Rosario, en cuya página web se nos brinda información gráfica detallada de las habitaciones y estancias en general, y además, nos ofrecía cuna para Leire.

En términos generales, el hotel resulta correcto, aunque Agus y yo salimos de allí cuestionándonos cuáles son los criterios que se siguen para otorgar las estrellas a los establecimientos hoteleros. Me explico: el hotel Villa Rosario es un hotel de cuatro estrellas, localizado en un paseo junto al mar, repleto de casas de indiano cuya historia se describe en paneles informativos. Sin duda, el hotel es una de las casas más majestuosas, y sin duda dormir con el arrullo de las olas resulta sumamente agradable.

Dispone también de un cenador, que sólo ofrece desayunos en temporada baja pero que funciona como restaurante el resto del año.

Llegados aquí, dejamos una serie de puntos críticos que hemos detectado y que nos hacen entender que eso de tener cuatro estrellas debe obedecer a la historia del alojamiento (casa de indiano), y el precio en temporada alta, también (en temporada baja es asequible, teniendo en cuenta la categoría del hotel). Estos son los puntos:

1. No tiene acceso para minusválidos. Ir con carrito de bebé es un suplicio, salvo que nos guste hacer pesas levantándolo para salir y entrar del hotel.

2. La limpieza de las habitaciones no es exhaustiva. Las estanterías del armario de nuestra habitación tenían bastante polvo, y no reponían los botecitos de gel y champú.

3. Las ventanas no están bien selladas. La primera noche hacía bastante viento y se dejaba sentir el fresquito en la habitación.

4. Llama la atención que siendo un hotel de cuatro estrellas no disponga siquiera de un servicio de bar para atender pequeñas necesidades.

5. El acceso al cenador es exterior. Si llueve, como fue nuestro caso, te mojas para ir a desayunar.

Nosotros estuvimos a gusto, pero lo cierto es que no pagaríamos lo que cuesta una habitación en temporada alta, entendemos que no se corresponde ese precio con lo que se ofrece.

martes, 9 de marzo de 2010

Restaurante Aspaldiko

Diré de antemano que cualquier excusa es buena para darse un homenaje en el Restaurante Aspaldiko, en Loiu. Y la ocasión era perfecta, nuestro segundo aniversario de boda, amenizado por la alegría de la pequeña Leire, que cumplirá tres meses mañana día 10 de marzo.

Agus y yo celebramos el banquete de bodas en este restaurante, que sorprende al visitante. Pues no fueron pocos los invitados que se quedaron un poco sorprendidos al contemplar su fachada, que evoca lo viejo, lo antiguo, cuando ni siquiera la industria había llegado a estos lares y la ganadería y la agricultura lo inundaban todo. Una impresionante fachada de madera, que conserva aún las vigas originales, en un entorno que invita al relax y a abandonarse a los placeres gastronómicos y de las mil atenciones que saben prestar, y cómo, quienes trabajan en Aspaldiko.

Aunque íbamos ya con una ligera idea de lo que queríamos comer, no en vano habíamos revisado a conciencia la carta disponible en su sitio web, de nuevo nos sorprendieron con un menú degustación, a pedir en mesa completa, por un importe de 49,50 euros más el IVA, bebidas aparte. Nos inclinamos por esta opción, y asistimos a un desfile de platos bien presentados, de excelente sabor, y que nos permitieron hacer un completo recorrido por la suculenta carta: comenzamos por un aperitivo consistente en cuatro salsas para picotear con un surtido de panecillos. Después, terrina de foie con gelatina de moscatel. Le siguió un risotto con crema de hongos y una penca rellena de txangurro. Superior. De segundos, bacalao al club ranero y taco de buey con crema de piquillos y patatas fondant. Y para terminar, sorbete de manzana y a mi juicio lo mejor, un delicioso pastel de mousse de chocolate con espuma de café que puso el colofón perfecto a una comida servida de manera impecable, con amabilidad y atención exquisita, cuidando todos los detalles: las sonrisas de las camareras, la vajilla, la localización de la mesa que nos reservaron para ubicar el cochecito de la niña...

En fin, una delicia.

lunes, 15 de febrero de 2010

Crépe & Crépe

Podía haber sido cualquier otro día, pero mi marido acertó plenamente al invitarme ayer, día señalado en rojo, a comer en el restaurante Crépe & Crépe, en el Centro Comercial Artea en Leioa. A primera vista, ir a comer a un local ubicado en un centro comercial puede no resultar muy sugerente, ya que pronto llegan a nuestras mentes calenturientas imágenes de comida basura, agobio de gente por todas partes y mucho calor.

Nosotros llegamos pronto, alrededor de las 14.00 horas, que es cuando teníamos la reserva. Adelanto que se puede reservar cualquier día de la semana excepto viernes y sábado (se supone que porque el lleno está asegurado).

El local aprovecha bien el espacio, como casi todos los ubicados en este centro, pero sin estar agobiados. La carta es amplia, con una oferta muy variada que supera lo que figura en su sitio web: crépes dulces (tradicionales, flambeados, ...), salados (vegetarianos, con queso, de carne, de pescado), y una selección de comida más tradicional. Todo ello compone un desfile gastronómico interesante, basado en algo tan simple como es un crépe, pero que da una nota original a la presentación de cualquier plato.

Nosotros nos decidimos por un revuelto de setas y langostinos y una deliciosa ensalada de queso de cabra y nueces caramelizadas, para comenzar. Seguido de un crépe de pollo e ibérico y otro de pollo al curry con cebolla caramelizada. Y para terminar, un crépe de compota de manzana para compartir. Todo delicioso, muy asequible en el precio.

¿Posibles puntos mejorar? Bueno, pues faltó que nos ofrecieran pan, y que nos acercaran los cubiertos para repartir la ensalada y el revuelto. Pero por lo demás, perfecto.

Habrá que volver para seguir investigando platos...

miércoles, 20 de enero de 2010

Abaroa en Castro Urdiales

El pasado 15 de diciembre abrió sus puertas en Castro Urdiales un nuevo establecimiento de la cadena de restaurantes Abaroa. Como ya habíamos degustado su comida en los locales que tiene en Bilbao, nos animamos a acercarnos a este de la localidad cántabra, aprovechando que la peque estaba dormidita y por tanto nos daba una tregua para comer.

El local es muy amplio, y la decoración cede paso a una correcta distribución de las mesas, que permite aprovechar el espacio de una forma óptima, creando al mismo tiempo una sensación acogedora y moderna al mismo tiempo. En lo que permite el local, dispone de amplios ventanales. Digo en lo que permite el local, porque su ubicación es un poco arriesgada para un establecimiento de estas características. Me explico: el local está un tanto apartado de la zona céntrica de la ciudad, esto es, de la zona de restaurantes y bares, con lo que hay que ir expresamente a buscarlo. En su defensa diré que esto no creo que sea problema si la calidad lo merece, puesto que ya conocemos otros restaurantes en la ciudad, también apartados, que gozan de notable éxito. Por otro lado, la configuración del espacio es un tanto rara, al inicio de una cuesta, como inclinado, con lo que los ventanales no dan mucho juego. Vamos, que se ve poco. Pero como he dicho anteriormente, creo que el boca a boca puede superar este obstáculo.

El restaurante, además de carta, ofrece varios tipos de menús ajustados a todos los bolsillos, con una comida elaborada, sin florituras, pero bien cocinada. A destacar el pudin de café, y la ensalada de pato y nueces.

En suma, un sitio agradable para una comida informal o un encuentro con familia o amigos. Eso sí, si lo que estáis buscando es una comida gourmet, en plan elaborado o delicatessen, este no es el sitio. Se come bien, pero insisto que no esperéis florituras.