miércoles, 20 de octubre de 2010

El txoko de la integración

El pasado domingo disfrutamos de una agradable comida en el txoko de la integración, un espacio que la organización Goiztiri pone a disposición del gran público para poder degustar comida marroquí o de otros países, preparada por personas autóctonas. Entiendo que es una ocasión excelente para conocer otras culturas de la mano de la gastronomía, buen canal de comunicación en un país como el nuestro, de buen comer y mejor beber.

Sin embargo, y como nos explicó el coordinador al recibirnos en el local, lo cierto es que son pocos los que se atreven a acercarse, no yendo más allá de conocidos o de personas que, como yo, están de alguna manera implicadas con el mundo de la inmigración. Ciertamente es una lástima, porque además de ser una iniciativa muy interesante, no deja de ser un local acogedor para disfrutar de un buen rato con amigos o familia, lejos del bullicio de bares o restaurantes, y además ideal para ir con niños.

Esperamos que la referencia en este blog pueda servir de acicate para que más de uno se atreva a degustar el cuscús, el tajín, o como se escriba, y sus dulces árabes acompañados de un delicioso té.

Ya nos contaréis.

domingo, 10 de octubre de 2010

Café Boulevard

Hoy vamos a hablar de un café que constituye un referente en Bilbao, y cuyo anuncio de cierre (por suerte finalmente frustrado), nos sentó a algunos como un auténtico mazazo, y un robo de numerosos gratos momentos de nuestra "primera" juventud. Nos referimos al Café Boulevard.

Estuvimos el otro día con ocasión de una comida familiar, así que degustamos su menú de fin de semana, que no llega a 20 euros por persona, con el IVA incluido.

El local mantiene su halo de nostalgia y tertulia con buen café que tanta fama le dio, y para las comidas dispone de un comedor para fumadores y otro para no fumadores. Nos inclinamos por este último, y aquí encontramos la primera pega, ya que hay un sinfín de escaleras, lo que mi abuela, ya octogenaria, padeció en extremo. Y nosotros padres primerizos y con bebé a cuestas, pues también, que la peque pesa lo suyo, y la sillita, otro tanto.

El comedor para no fumadores es pequeño, se nota que todavía este clan no ha calado hondo en el sector hostelero, y temen que sus cajas registradoras se resientan si dan más cancha al mundo sin humo. A todos ellos, les recomiendo una visita al bar de pintxos U2, en Castro Urdiales: llenazo todos los días con excelente barra... y sin un cigarrito. Ahí queda.

Continuando con el comedor, no tenía ni una ventana abierta, así que hacía bastante calor. Al final nos terminamos acostumbrando, pero bueno, no resultaba muy cómodo.

En cuanto al menú, estuvo bien, personalmente me esperaba algo más elaborado, y un mejor servicio (el vino nos lo sirvieron casi al vuelo, y nos regaron los platitos del pan y el mantel), pero en términos generales, no estuvo mal. Degustamos de primero un hojaldre relleno de txangurro, un surtido de ibéricos, y una especie de revuelto de hongos y foie. En cuanto a los segundos, unos se inclinaron por el magret de pato, otros por la ternera, y otros como yo por la lubina. El postre ganó por goleada, casi todos a por el brownie, que a mí no me gustó demasiado, los he probado mejores (aún me acuerdo del que probé en un restaurante en Madrid, cerca del Bernabéu, lástima que fuera más joven y sin blog para anotarlo...).

Al salir, una última sorpresa, cual es la coctelería fashion que descubrimos en la búsqueda de un cuarto de baño (que tiene varios). Merece la pena siquiera bajar para echar un ojo.

En resumen, un local que mantiene la tradición que le dio fama. Aunque para tomar un menú del día prefiero muchos otros restaurantes del Botxo.