Para celebrar el cumpleaños de Agus, este fin de semana hemos hecho un kitkat de padres y nos hemos ido los dos a celebrarlo al restaurante Atea, en Bilbao.
El Atea es un restaurante de diseño, integrado en el grupo Zortziko y liderado por Daniel García. Ofrece una carta tradicional, para nada estridente, incluso me atrevería a decir que escasa, aunque creo que correcta para el tamaño del restaurante.
Con sus precedentes, la carta sorprende porque te esperas nombres rimbombantes y por encontrar, puedes encontrarte hasta hamburguesa de ternera.
Siguiendo las recomendaciones de foros y demás, elegimos de picoteo, además de una brocheta de mejillones y un rulo de morcilla con crema de Idiazabal, las famosas croquetas. No es pasión de hija, pero las de mi madre siguen siendo insuperables, y reto a cualquiera a probarlas.
Como primero a compartir, arroz cremoso de langostinos, una ración bastante generosa.
De segundos, pierna de cordero lechal, que casi se salía del plato, y merluza rellena de txangurro de mejillón. Ambos muy sabrosos y en su punto.
El postre, goshua y sopa de frutas con helado de queso.
En general, me pareció un restaurante correcto, la atención es cercana y bastante eficaz. La localización y el diseño del local son más que agradables, muy cool, como se suele decir.
La comida se presenta de manera correcta, tal vez demasiado caliente, pero en general está bastante bien.
Un sitio recomendable para degustar comida tradicional, bien preparada y presentada, sin dejarse un riñón en el intento.
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