En alguna otra ocasión ya hemos hablado de este local
ubicado en la carretera hacia Plentzia. En sus inicios yo lo conocí como bar de
copas de ambiente chill out, pero su calidad como restaurante me tiene
completamente subyugada.
Milagros ofrece una comida de fusión, entre lo vegetariano,
la comida oriental y la mexicana, con una presentación original y sorprendente,
y una mezcla de sabores, especias y productos que merece una explicación por
parte del camarero cada vez que te sirve un plato.
Realmente todo en él es una sorpresa. Desde la decoración
del local, no apta para los mojigatos hasta la presentación de los platos,
pasando por la vajilla y su carta, de cuya lectura no queda más remedio que
rendirte y dejarte llevar por la musicalidad de sus reseñas, sin saber muy bien
lo que pides, dejándote sorprender.
Para mí es un gusto volver y repetir, y dejarme sorprender.
Y espero que lo sigan haciendo. En las siguientes imágenes os muestro un
repertorio de nuestra última visita. Pero no pidáis que recuerde sus nombres.
Únicamente tengo en mi mente la explosión de sabores y texturas. Eso sí, se
trataba de una ensalada, pescado y postre, como siempre. Todo excepcional.