Confieso que cuando en Toprural vimos la anotación de que la casa había aparecido en el suplemento de decoración de la revista "Hola", mi gen marujil se revolvió de gusto. Pocas veces una se aloja en una casa con tal mención...
La Casa Rural do Sear se encuentra en uno de los barrios, si se me permite llamarlos así, en que se organiza Sanxenxo, uno de los enclaves turísticos destacados de las Rías Baixas. Se localiza de forma relativamente fácil, lo cual es de agradecer, ya que últimamente parece que turismo rural viene asociado a ruta de Indiana Jones para encontrar el alojamiento entre bosques y por caminos tortuosos, hasta llegar al deseado oasis. Este no fue el caso: bien indicado, a escasos metros de la carretera principal, y relativamente cerca (en coche), tanto de Sanxenxo como de otros municipios turísticos de la zona.
La casa es, sencillamente, impresionante. Y sin exagerar (y eso que soy de Bilbao), de las mejores en las que hemos estado. Y ello por diversos motivos: relación calidad-precio, limpieza, atención, amabilidad, calidad del desayuno, habitaciones, exteriores de la casa, servicios, ... Y ya por contar el chascarrillo, también por la placa que recuerda la estancia del Rey por dos ocasiones en alguna de las habitaciones. Que una no es que se pirre por la monarquía, la verdad es que no es un tema que me dé quebradero alguno ni en un sentido ni en otro, pero insistiendo en mi gen marujil, pues como que le da un punto...
Consta alrededor de 6 habitaciones, cada una decorada de forma diferente, y con un nombre propio que asociada cada una de ellas con un pájaro. La nuestra se llamaba Rula. Una habitación pequeña, con paredes de granito, que nos recibió con hilo musical, una aroma a hierbas aromáticas muy acogedor, una botella de agua que siempre estaba fresca, y caramelos. La iluminación era perfecta, adaptable a cualquier circunstancia y momento. La cama, para qué contar: grande, cómoda, dormía mejor que en mi casa. Aunque si destacamos algo, nos inclinamos por el cuarto de baño. Se accedía a él subiendo tres escaleritas, que llevaban a una estancia también en piedra, con decoración clásica que aunaba todos los detalles: ducha de hidromasaje, albornoces, secador, amplio surtido de toallas, set de baño, y decoración en base a velas y demás elementos que daban calidez al ambiente. Creo que no he pasado tanto tiempo en un cuarto de baño en mi vida.
Los desayunos son geniales. Las tostadas de pan de leña, y el zumo de naranja recién exprimido. Y cada día, una repostería distinta deliciosamente presentada.
Destacar también las atenciones de los responsables de la casa, tanto en la limpieza y pulcritud extrema de toda la estancia, como en la descripción de lugares y acontecimientos dignos de visitas.
Finalmente, algo que nos llamó la atención: está preparada para ir con niños a todo trapo: calientabiberones, cunas, carritos, sillitas, baberos, cambiadores... Sólo necesitas llevar al niño o niña, lo demás lo ponen ellos. Un elemento diferenciador que sin duda es de agradecer.
En definitiva, una delicia absolutamente recomendable.
A nosotros también nos gusta mucho ir de visita a las Rias Baixas, así que tomamos nota de tu recomendación.Un saludo y enhorabuena por el blog.
ResponderEliminares mi habitación preferida sin duda! pequeña pero acogedora y que decir de ese baño... viviría en ese baño!
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