Durante la Semana de Pascua nos atrevimos a hacer una pequeña escapada a la zona de Llanes con las peques. La verdad es que nos hacía mucha ilusión, por tratarse de una zona de Asturias a la que tenemos particular cariño, y por supuesto, por el hecho de ir los cuatro.
Estábamos buscando un apartamento rural, para estar más cómodos con las dos peques, y al final nos inclinamos por las Villas de Cué, cerca de la playa y de Llanes. Se trata de una serie de chalets adosados, en modo duplex, con jardín particular y luego uno comunitario con un estanque y mesitas.
Cada chalet dispone de dos plantas. En la planta de arriba están las habitaciones y un baño. En la de abajo está el salón, que comparte espacio con la cocina, acceso al jardín particular, y un baño.
Llama la atención que toda la decoración y muebles son de Ikea, todo muy funcional y preparado para las familias. Lo único es que la escalera de acceso a la planta de arriba daba un poco de miedo por la peque de dos años que llevábamos, que tuvimos que aleccionarla a marchas forzadas para evitar disgustos.
La dirección del establecimiento te lleva el desayuno por tres euros, y la verdad es que merece la pena porque está todo buenísimo.
La única pega fue el tiempo, llovió casi todo el tiempo por lo que no pudimos disfrutar ni de Llanes ni de la playita que estaba a escasos metros del chalet.
Tal vez sea una excusa para volver. Seguro que lo hacemos.
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