Hace unos días hemos disfrutado de la primera experiencia vacacional con Leire, en Tossa de Mar. Ha sido algo fantástico, la peque se lo ha pasado en grande, y nosotros, lógicamente, también. Además, hemos podido aprovechar sus ratitos de siesta para disfrutar tranquilamente de la gastronomía de Tossa. Vale que nos hubiera encantando un ratín de intimidad en esos restaurantes tan agradables que jalonaban las calles de la Vila Vella, pero de momento nos damos con un canto en los dientes por haber podido comer "en paz".
Lo que nos gustaría destacar en primer lugar es la calidad de todos los establecimientos que visitamos para comer (siempre menú del día), tanto en servicio y atención como en productos y platos, así como en el precio. Porque hoy es difícil encontrar locales que se atrevan a servir platos típicos a buen precio, y encima de calidad.
Me voy a quedar con una serie de locales que nos han gustado especialmente:
-Braseria Can Pini.
-Restaurante del Hotel Bahía.
-Restaurante Pini.
-Restaurante Miramar.
La brasería Can Pini y el Restaurante Pini son , como cabe imaginar, del mismo grupo, y por tanto la calidad es idéntica, adaptada eso sí a la característica del local. Ya que la brasería es más "a pie de calle", mientras que el restaurante tiene otro toque, más elegante, a los pies de la Vila Vella. Pero cualquiera de las dos son excelentes opciones para degustar la comida de la zona. Nos sorprendió gratamente el plato de chipirones, que por el País Vasco tal y como lo sirven lo asociamos más con los chopitos de toda la vida, y en general cualquiera de los pescados, asados con gusto y con acompañamiento idóneo de verduritas. Por cierto que en la Brasería probamos la brocheta de pato con frutas, muy original.
En el Restaurante Miramar probamos Cim i Tomba, contundente plato típico de Tossa de Mar, consistente en un guiso de patata, cebolla y pimiento aderezado generosamente con ajo, que acompaña a dos buenas raciones de merluza y rape gratinadas con una especie de salsa al ajo, deliciosa. Eso sí, contundente para tomarlo a pleno sol, calienta que da gusto. Pero qué bueno está :-). Después comprobamos que el pescado puede variar, aunque supongo que estaría igual de bueno. A destacar la amabilidad del personal, muy majetes.
En el Restaurante del Hotel Bahía nos inclinamos también por el menú del día. Parece que no le hizo mucha gracia a la responsable del restaurante. Y digo yo, pues entonces no pongas menú, dejas la carta y punto. En fin, por suerte el resto del personal fue encantador. En cuanto a la comida, sin discusión, muy buena. Aunque para tener recomendación de la Guía Michelin, el resto de los locales comentados no le van a la zaga.
En suma, como podéis comprobar, nos hemos puesto las botas. Pero la ocasión lo merecía. Por cierto, que si queréis disfrutar de una agradable puesta de sol con vistas a la playa, os recomendamos un chiringuito en la Playa del Mar Menuda, con amplio surtido de granizados.
A disfrutar.
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