El pasado 15 de diciembre abrió sus puertas en Castro Urdiales un nuevo establecimiento de la cadena de restaurantes Abaroa. Como ya habíamos degustado su comida en los locales que tiene en Bilbao, nos animamos a acercarnos a este de la localidad cántabra, aprovechando que la peque estaba dormidita y por tanto nos daba una tregua para comer.
El local es muy amplio, y la decoración cede paso a una correcta distribución de las mesas, que permite aprovechar el espacio de una forma óptima, creando al mismo tiempo una sensación acogedora y moderna al mismo tiempo. En lo que permite el local, dispone de amplios ventanales. Digo en lo que permite el local, porque su ubicación es un poco arriesgada para un establecimiento de estas características. Me explico: el local está un tanto apartado de la zona céntrica de la ciudad, esto es, de la zona de restaurantes y bares, con lo que hay que ir expresamente a buscarlo. En su defensa diré que esto no creo que sea problema si la calidad lo merece, puesto que ya conocemos otros restaurantes en la ciudad, también apartados, que gozan de notable éxito. Por otro lado, la configuración del espacio es un tanto rara, al inicio de una cuesta, como inclinado, con lo que los ventanales no dan mucho juego. Vamos, que se ve poco. Pero como he dicho anteriormente, creo que el boca a boca puede superar este obstáculo.
El restaurante, además de carta, ofrece varios tipos de menús ajustados a todos los bolsillos, con una comida elaborada, sin florituras, pero bien cocinada. A destacar el pudin de café, y la ensalada de pato y nueces.
En suma, un sitio agradable para una comida informal o un encuentro con familia o amigos. Eso sí, si lo que estáis buscando es una comida gourmet, en plan elaborado o delicatessen, este no es el sitio. Se come bien, pero insisto que no esperéis florituras.
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